Domingo de Ramos

El Santísimo Cristo de las Angustias es una de las 18 Hermandades de Gandia que marchan en comitiva con la llegada del Domingo de Ramos. Vestidos con capa, pero sin capuchón ni báculo, acompañamos portando palmas a Jesús. Se trata del simbólico recorrido que recuerda al que hace más de 2.000 años realizara el Maestro a su entrada en Jerusalén, el que supone el punto de salida para la Semana de Pasión. Un día de fiesta, marcado por la alegría del momento, en que nuestra Hermandad rinde cada año tributo a la memoria de un acto de indudable carga emocional. Y lo hacemos de la mano del resto de Hermandades, y cerrando el acto las autoridades y la imagen de la Entrada de Jesús en Jerusalén, con el Maestro a lomos de un pollino.

Lunes Santo: bajada del Cristo y procesión penitencial

La bajada del Cristo, con una iglesia de la Sagrada Familia a oscuras; así como la procesión penitencial de traslado de la imagen hasta el Local Museo, para ser colocado en el trono-anda que le espera con la Virgen María, María Magdalena y el discípulo amado, San Juan; es sin duda uno de los actos más emotivos y queridos por parte de los cofrades de la Hermandad. Hoy día se ha convertido en todo un evento de gran fuerza simbólica y capacidad de atracción en la jornada del Lunes Santo, a la que acuden numerosos parroquianos, así como cofrades que buscan sentir el especial recogimiento que se vive en una noche casi mística como esta, y donde no faltan las autoridades civiles, que honran con su presencia este evento que se ha convertido en todo un «santo y seña» del Cristo de las Angustias. Un patrimonio inmaterial que se debe destacar, potenciar y seguir enriqueciendo.

Todos los cofrades de la Hermandad esperamos con devoción la llegada de la Semana Santa, en especial una fecha marcada en rojo en nuestro especial calendario. Nos referimos al Lunes Santo, cuando por la noche acudimos a acompañar al Santísimo Cristo de las Angustias en la bajada del altar de la iglesia de la Sagrada Familia. Un momento de inefable misticismo para muchos de los presentes, que envueltos en el mágico manto de la oscuridad casi total en el templo, sólo pueden escuchar el redoble del tambor o la lastimosa trompeta que impregna con su sonido el ceremonioso acto.
La realista imagen del maestro Miguel Ángel Casañ queda entonces expuesta por unos minutos a la entrada de la iglesia, sobre una austera parigüela iluminada con grandes faroles, que será transportada a hombros de voluntarios que viven este momento con el magnetismo que provoca saber que se está llevando al Cristo a su madre, María, que le espera en el trono-anda que guardamos en el Museo de la Semana Santa. Junto a María, otros dos personajes aguardan también la llegada del Crucificado, del Cristo de las Angustias, el último Cristo todavía vivo en el reguero de imágenes que atesora la Semana Santa de Gandia.
Sin embargo, antes de llegar a su encuentro, al Santísimo Cristo de las Angustias le espera un recorrido jalonado también por el silencio de lo fieles, roto una vez más por el acompasado redoble de los tambores que inician la comitiva, a los que siguen los cofrades ataviados con la túnica de penitente. Son instantes que reflejan el dolor del Crucificado, pero también la esperanza en un perdón prometido a toda la humanidad.
Un poco de historia
En el año 1984, se decide que acompañará al Cristo en el traslado penitencial una banda de tambores. Los primeros voluntarios para llevar al Cristo en la procesión penitencial del traslado del Lunes Santo que constan en el acta de la hermandad, fueron A. Segura, S. Cabrera, J. Cabrera y J. Sanchis. En esta procesión, el Cristo fue flanqueado por cuatro faroles llevados expresamente para esta finalidad desde la iglesia de San José.
Después de la Semana Santa de ese año, en la reunión que celebra la directiva para valorar el desarrollo de los actos, se realiza un balance positivo del traslado del Lunes Santo. De igual modo, el hecho de no dar caramelos también es adecuado para el desarrollo de esta procesión penitencial. Se plantea un problema grave que se deberá solventar: el cruce de dos carreteras que pasaban por el casco urbano, tanto la de Valencia como la de Albaida, que obligaba a cortar la procesión.

A continuación citamos a título de ejemplo, según las actas de 1986 de la Hermandad, cómo fue el Lunes Santo de ese año. Por aquel entonces, la bajada del Cristo se realizaba a las 19,30 horas, después tenía lugar una cena en el Bar Piña, para luego marchar hacia la procesión. Ya aquel año se entregó a cada cofrade, momentos antes de comenzar, un cirio que podían conservar una vez finalizada la procesión. Los señores Segura y Embuena eran los encargados de encender estos cirios y coordinar la propia marcha procesional.

En el año 2001, Angelines Sanmateu Peiró era reelegida como Hermana Mayor del Cristo de las Angustias por un nuevo periodo de cuatro años, coincidiendo con la entrada de un nuevo cura en la parroquia de la Sagrada Familia, José Gerónimo Tébar, que a partir de entonces ejercerá como consiliario de la Hermandad. Entre las propuestas y proyectos de aquel ejercicio, destacaba la resolución de llevar a cabo un acto solemne en la bajada del Cristo para la procesión del Lunes Santo, un evento que iba a materializarse a partir del siguiente año. Por primera vez se concibe este acto como abierto a cofrades y parroquianos, una mezcla de ceremonia religiosa y artística, en la que el consiliario haría una reflexión en torno a la Semana Santa.
Ya en el año 2002, la bajada del Cristo adquiere la solemnidad prevista. De hecho, entre los alicientes del acto, se añade la participación de la Coral de la parroquia, de reciente creación por aquel entonces, que interpretará piezas musicales apropiadas para el acto. También participaron algunos instrumentos musicales, acordes al momento de recogimiento y reflexión. La iglesia de la Sagrada Familia reservó varios bancos para recibir a las autoridades, y ya a las 22 horas, se cerraban las puertas del templo para evitar que se produjeran interrupciones durante el acto.
Ese mismo año de 2002, quedaba anulada definitivamente la banda de música para la procesión del Lunes Santo, ya que se consideraba más apropiada para realizar el traslado penitencial la actuación de la propia sección de tambores del Cristo de las Angustias.
Ese mismo Lunes Santo de 2002, el consiliario de la Hermandad rezaba una oración a las puertas del Local Museo de la Semana Santa de Gandia, acompañada del sonido de los tambores, con lo que se ponía punto y fin al traslado.

Con la solemnidad debida a un acto como la bajada del Cristo, desde principios del siglo XXI pocas variaciones se llevan a cabo en esta previa que se desarrolla en la Sagrada Familia y posterior traslado de la imagen en procesión penitencial hasta el Local Museo. Sin duda, una de las más destacadas fue la sustitución de los tradicionales cirios, que ocasionaban no pocos problemas con el vertido de cera en el suelo, suciedad en las túnicas de los cofrades y la necesidad de encender en plena procesión más de un cirio, si el capricho del viento apagaba la llama. Durante el primer mandato de Javier Cabrera como Hermano Mayor, se decide dejar de lado los cirios y «modernizar» el elemento que llevarán los cofrades que procesionen como penitentes la noche del Lunes Santo. Así pues, cada cofrade adquiere a la Hermandad un farolillo, que se quedan en propiedad, de color negro, y en cuyo interior brillará una luz led, que funciona con pilas, y que simula el titilar de la llama de una vela.
También durante la etapa de Javier Cabrera se decide recortar el itinerario de la procesión del Lunes Santo, en un intento de hacer más llevadera la carga de los portadores de la parigüela y el Cristo, además de no cansar en exceso a los cofrades que tuvieran interés en acompañar a la imagen en una noche tan señalada para la Hermandad. De este modo, el recorrido inicial por la calle Tirso de Molina, dirección a Magistrado Catalá y Avenida Marqués de Campo, calle Alzira, Avenida Beniopa y calle Abat Solà, se reduce sensiblemente para fijar unas nuevas coordenadas. Con todo, el itinerario quedará hasta la fecha de hoy de este modo: salida desde la iglesia de la Sagrada Familia, calle Tirso de Molina, Poeta Llorente, Calderón de la Barca, Perú, Lepanto, Plus Ultra, Plaça El.líptica, República Argentina, Abat Solà, finalizando en el Museo de la Semana Santa.